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Información | 17-08-2018

El municipio transparenta y mejora aún más sus procesos de compra con la implementación de la subasta electrónica inversa

Esta mañana, el municipio llevó adelante el primer concurso de compra por subasta electrónica inversa, una herramienta aplicable a diferentes procedimientos de adquisición por parte del Estado local, y que se realiza a través de esta página.

Villa María: El municipio transparenta y mejora aún más sus procesos de compra con la implementación de la subasta electrónica inversa

La instrumentación de este proceso había sido anunciada por el intendente Martín Gill en el primer informe de gestión de este año. Tras el cierre de la subasta que pudo visualizarse en tiempo real en el Salón Oval, valoró positivamente la experiencia y dijo que “procura básicamente aportar transparencia, mejorar la competitividad y comprar aún mejor en el uso de los fondos públicos, permitiendo una competencia anónima entre los proveedores”.

 

También puso de relieve la posibilidad de que cada vecino interesado pueda seguir las alternativas de la subasta inversa a través de la página web del municipio.

 

La secretaria de Economía y Finanzas, Daniela Lucarelli, explicó que se denomina subasta inversa porque es el municipio que quiere comprar un bien y no venderlo, como es habitual en una subasta. Además, quien gana es el que ofrece el precio más bajo.

 

Gill, en tanto, destacó que el municipio busca difundir el procedimiento y su utilización entre los proveedores, por lo que se trabaja con las organizaciones gremiales de comerciantes y empresarios, ACOVIM y AERCA, para lograr un mayor conocimiento sobre esta herramienta de compra.

 

La primera subasta

 

Una compra de lámparas y fotocontroles para alumbrado público fue el paquete que salió esta mañana a subasta. Cuatro proveedores locales del ramo fueron invitados a participar previa capacitación. El Estado municipal estipuló cuatro renglones o artículos para ofertar, con un precio de partida estimado en base a compras y presupuestos anteriores.

 

Los proveedores que participaron de la subasta debieron ingresar al sistema con sus propios usuario y clave, para luego comenzar a ofertar en cada renglón de la compra. El procedimiento tiene un tiempo estipulado durante el que se puede mejorar el precio tantas veces como cada proveedor lo crea necesario y posible, en base al pliego de condiciones que se publica antes de la subasta.

 

Una parte fundamental del proceso es el anonimato de los oferentes, que se mantiene hasta el cierre de cada subasta. Así, cada potencial vendedor recibe un número aleatorio como identificación, que cambia para cada procedimiento.

 

De acuerdo a los precios de partida fijados por el municipio, se esperaba gastar en esta compra unos 350.000 pesos. Tras la puja entre los proveedores, se lograron mejoras sustantivas, llegando a un volumen total de 200.000 pesos, lo que significó un ahorro sustancial para las arcas municipales.





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